Basura Tecnológica






Riolama Fernández, Biol. M. Sc.


 La basura tecnológica (en inglés e-waste o WEEE) son todos aquellos aparatos eléctricos y equipos electrónicos a los que se le ha agotado su vida útil o que tienen una tecnología que ha quedado obsoleta, por lo que son descartados y finalmente desechados.

 

Una de las características de los tiempos modernos es la producción de tecnología y su innovación constante. Los frecuentes avances tecnológicos, hacen que los equipos electrónicos más usados queden rápidamente obsoletos, por lo que deben ser reemplazados, convirtiéndose en basura los modelos desactualizados.

 

Millones de aparatos tecnológicos son descartados anualmente. Equipos como computadoras, teléfonos celulares, televisores y una gran variedad de electrodomésticos, que albergan en su interior una serie de materiales altamente tóxicos y contaminantes, no tienen una adecuada disposición final y la mayoría de las veces van a parar a lugares donde se deterioran y liberan las sustancias peligrosas que contienen.

 

Entre las sustancias peligrosas presentes en la basura electrónica destacan los metales pesados: mercurio, plomo, cadmio, plomo, cromo, níquel, arsénico y antimonio.

 

Los metales pesados causan daños irreversibles a la salud humana y al medio ambiente. Son causantes de enfermedades degenerativas del sistema nervioso, que a su vez causan parálisis hasta la muerte. Los metales pesados no se degradan, sino, por el contrario, se bioacumulan tanto en el ambiente como en el organismo humano, donde su presencia se transmite a la descendencia, causando malformaciones y enfermedades congénitas.

 

Los materiales y sustancias peligrosas tienen la particularidad de que una mínima cantidad es capaz de contaminar grandes superficies. Por ejemplo, una batería de níquel-cadmio, empleada en teléfonos celulares puede contaminar 50.000 litros de agua y un televisor puede contaminar 80.000 litros de agua.

 

Sin embargo, la basura electrónica puede constituir un verdadero tesoro si se buscan las maneras de aprovechar y reutilizar la gran variedad de materiales y plásticos de los que está hecha. Una gran cantidad de compuestos, conforman los equipos desechados y muchos de ellos son perfectamente recuperables, aunque existen limitaciones de mercado para ellos.

 

Los desechos electrónicos contienen además metales preciosos como oro, plata, cobre, platino, y paladio, pero también hierro y aluminio, todo lo cual puede reciclarse. Al punto que puede considerarse que la chatarra electrónica constituye una mina de elementos valiosos. Algunos estimados reflejan que pueden obtenerse hasta 55.000 millones de euros al año de estos materiales. De dárseles un destino adecuado, en vez de resultar perjudiciales, podrían ser una fuente de ingresos a la nación que los genera.

 

Apenas el 20% de residuos electrónicos son reciclados, pero la generación es vertiginosa y va en aumento. La ONU estima que podríamos alcanzar los 120 millones de toneladas de chatarra electrónica para el 2050, por lo que ya se considera un problema ambiental.

 

Los elementos tóxicos contenidos en la basura electrónica contaminan ríos, lagos y mares, y emiten gases a la atmosfera que provocan desequilibrios ambientales y afectan la salud. Se hace indispensable reducir, reciclar y reutilizar los desechos electrónicos.

 

Entre las medidas que se pueden adoptar para reducir la generación de basura electrónica está promover un consumo responsable, alargar la vida útil de los equipos y frenar el aumento de la generación de residuos.

 

La aplicación de las tres R aparece como la mejor alternativa para el manejo de todo tipo de desechos, ya sea urbanos residenciales, industriales y electrónicos.

 

Reducir el consumo

Los usuarios deben ser más responsables y no cambiar tan rápidamente de equipos cuando aparezca una nueva tecnología o un nuevo modelo. No dejarse llevar por las promociones y campañas de mercadeo o marketing, que fomentan el aumento del consumo y en consecuencia el aumento de basura electrónica.

 

Reutilizar

Evitar descartar los viejos equipos que todavía funcionan, regalarlos a personas que puedan necesitarlos, en lugar de tirarlos a la basura. También pueden venderse o donarse.

 

 Reciclar

Si el equipo ya no funciona y no puede ser utilizado por otra persona, se debe optar por el reciclaje. Los gobiernos deben fomentar la instalación de compañías que compren o reciban los equipos desactualizados para aprovechar sus componentes en la fabricación de otros productos.

 

Se estima que sale 13 veces más caro extraer minerales de yacimientos naturales, que recuperarlos a partir de desechos tecnológicos para fabricar nuevos dispositivos.

 

La explotación minera de platino, cobre, paladio y otros elementos, requiere excavar y afectar la tierra e instalar plantas de procesamiento de minerales, que emplean grandes cantidades de agua y energía. Si se aprovechan los materiales reciclados, no habría necesidad de afectar nuevas áreas y ecosistemas vírgenes.

 

Es importante tener claro que el reciclaje debe estar a cargo de empresas especializadas, capaces de cumplir con las normas internacionales para el manejo de sustancias y materiales peligrosos. Se sabe de las malas prácticas en el manejo de los residuos electrónicos que se dan con frecuencia en países subdesarrollados, que, paradójicamente son los países que más cantidad de basura electrónica reciben, aunque no la generan tanto, como por ejemplo países del sureste asiático y África subsahariana, donde los habitantes se rebuscan para subsistir, hurgando en la basura electrónica, expuestos a la toxicidad de sus componentes y causando un gran impacto ambiental, ya que carecen de instrucción, metodologías e infraestructuras adecuadas. Estos métodos son ilícitos y se conocen como "reciclaje informal".

 



 


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