INCREDULIDAD



 Riolama Fernández

La incredulidad es la imposibilidad o reserva que tiene una persona para creer algo que no ve o que no está demostrado, aunque esté aceptado o consensuado por la mayoría. Según la doctrina de la iglesia católica, la incredulidad o falta de fe es el pecado que sirve como puerta al reino de las tinieblas. Y entrando al mismo infierno nos encontramos los venezolanos, ya que entre las múltiples estrategias que usa el régimen de Nicolás Maduro para mantenerse en el poder e implantar en Venezuela el Castro-Comunismo está el sembrar la desconfianza entre la población. 



No solamente se trata de acabar con el aparato productivo nacional mediante las expropiaciones, implementar el control de cambio, hacerse de los pocos medios de producción, estatizar las empresas, adquirir y controlar los medios de comunicación social, inhabilitar políticamente a los líderes más aguerridos de la oposición, perseguir políticamente a quien piense distinto y tenga alguna repercusión nacional, hambrear al pueblo para someterlo a través del CLAP, hasta asesinar si es necesario para mostrar al pueblo lo que le puede pasar si va contra el gobierno. 



La política de estado más eficaz que ha usado y está usando el gobierno es sembrar la desconfianza. El desconfiar de los líderes de la oposición está de moda, no hacerlo es estar “out”. Que la oposición ha cometido errores, es cierto, más que errores, a mi juicio, ha reaccionado tarde y siempre reacciona tarde a las estrategias dictatoriales del gobierno, quien siempre noquea a la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), suprimiendo todos sus actos, violando la constitución y dejándola como una simple voz sin efectividad alguna. La ineficacia de la MUD más que un error de ella misma es una estrategia muy bien aplicada por el gobierno, que le ha dado resultado, al punto que de cara a una eventuales elecciones presidenciales la gente ya no sabe si ir a votar o no porque no solamente no confía en el CNE sino tampoco en los dirigentes opositores. Está claro que si se va a elecciones ya sea con este mismo CNE o con algunos cambios, la abstención solamente favorecerá al gobierno, pues la mayoría del país lo adversa, pero este tiene sus votos duros que si irán a votar. Si quienes adversamos al gobierno no vamos a votar sin dudas el régimen saldrá fortalecido. 



Generar desconfianza en los dirigentes opositores cuyo liderazgo, o más bien su falta de liderazgo, es cuestionable, no es lo único que ha hecho bien el gobierno, también ha sembrado la desconfianza en lo que es capaz o no de hacer el gobierno, quien se presenta ante el pueblo como fuerte y poderoso, y lo es, en tanto que tiene bajo su tutela el poderío militar venezolano, pero es débil en tanto que carece de apoyo popular. No obstante, la peor desconfianza y la que más daño hace es la que ha sembrado entre nosotros mismos. 



Los venezolanos estamos rechazando y oponiéndonos a creer, a tener fe y confianza en que es posible derrotar al régimen. No terminamos de creer que la inflación la causa el gobierno con su política económica sino que echamos la culpa a los comerciantes y hasta a la guerra económica como dice el gobierno, no creemos que la falta de efectivo es consecuencia de la misma inflación sino que echamos la culpa a los bancos, no creemos que el CLAP es un mecanismo de control del régimen sino que es bueno porque al menos nos llega la harina más barata que en el mercado. Ya no creemos en los políticos, ni el los periodistas porque están amordazados, ni en los militares porque son unos vendidos, ni en los funcionarios públicos porque supuestamente son chavistas, ni en el vecino porque también nos puede robar. 



Nos hemos vuelto tan incrédulos que cuando Oscar Pérez apareció en medio de una protesta en Caracas volando un helicóptero del CICPC enarbolando una bandera con el 350 nadie le creyó, lo tildaron de loco, que era un show montado por el gobierno, porque no confiamos que un funcionario pueda sentir lo mismo que nosotros. Después que ha sido vilmente masacrado por el régimen, recién nos damos cuenta que es el tipo de hombre que Venezuela necesita, valiente, con valores y conocimiento militar. Incluso después de muerto todavía no creían que lo habían matado, porque impera la incredulidad y no confiamos en lo que otro dice y siempre terminamos creyendo lo que dice Reverol, esperamos versiones oficiales cargadas de mentiras y amañadas a su favor. 



Tenemos que estar claros que para salir de esta narco dictadura necesitamos obligatoriamente apoyo militar, para muestra, Pérez Jiménez cayó porque se levantaron los militares conjuntamente con el pueblo. Tampoco creemos que los venezolanos hayamos hecho lo necesario, nos tildamos de cobardes de manera tan injusta, desconociendo los logros, a muy alto costo, de las pasadas protestas civiles, donde murieron más de cien venezolanos y fueron apresados miles. Nos comparamos con Ucrania desconociendo que nuestra realidad geográfica es distinta, la protesta en Ucrania ocurrió en cinco cuadras, cinco cuadras europeas, pero cinco cuadras, en cambio las protestas en Venezuela ocurrieron en todos los estados y hasta en los pueblos más alejados, hasta los pemones protestaron en sus tribus, los estudiantes de todas las universidades del país protestaron con ímpetu, pero faltó lo que la MUD pensaba que iba a ocurrir, el apoyo militar. Los militares en vez de unirse al pueblo arremetieron contra él, acompañados por colectivos forajidos y bien armados, afectos al régimen. 



Cuando surge un militar con guáramo, lo que necesitamos, no le creímos, ahora lo lloramos, pero cuando pidió que saliéramos a la calle nadie salió y no hemos salido, todavía. Todos de alguna manera somos responsables de la muerte de Oscar Pérez, por incrédulos. Hemos pecado de falta de fe. Quiero ver a esos miles que tienen la foto de Oscar Pérez en sus perfiles de las redes sociales, en la calle. 



Definitivamente la falta de creencia es la puerta de entrada al infierno. Estamos en un infierno llamado Venezuela por no creer. El día que nos convenzamos que si estamos capacitados para salir de este régimen, que unidos en una sola voz y un solo bloque el gobierno tendrá que irse. Si nos volvemos ingobernables, ¿a quién van a gobernar? 





Comentarios

  1. Lamentablemente tienes razón en casi todo lo que ahí expones. Me pone triste porque fui uno de los que no creyó en Oscar Perez, ni en Caguaripano cuando todo fue real y no le dimos el apoyo necesario y por la incredulidad no lograron prender la mecha que necesitábamos.

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  2. Exceptuando lo de los partidos políticos, trabaje con VP y PJ desde el 2013 al 18, y varios de sus dirigentes no sirven para el problema a afrontar. Otro aspecto es la corrupción de AD y UNT. Y un último aspecto es la debilidad de ABP y Vente Venezuela que no aglutinaba gente.

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