Cúpula de la Iglesia de la Anunciación en Nazareth, Israel. Fotografia de Riolama Fernandez |
Riolama Fernández
La ideología es el conjunto de ideas fundamentales
que caracteriza el pensamiento de una persona, una colectividad o una época. Tiende
a conservar (ideologías conservadoras) o a transformar el sistema social (revolucionarias), económico, político o
cultural existente y cuenta con dos características
principales: se trata de una representación de la sociedad y presenta un
programa político y elabora un plan de acción para acercarse a lo que considera
como la sociedad ideal.
Entre
las ideologías tenemos: El fascismo, el nacionalismo., el liberalismo, el anarquismo, el conservadurismo, el feminismo, el capitalismo, el comunitarismo
o el ecologismo son otras de las ideologías que han adquirido presencia en el mundo. Mientras la RELIGIÓN
es el conjunto de credos, normas de comportamiento y ceremonias propias de un grupo y con las que establece una relación con Dios.
La
influencia de la religión, ha traído consigo un amplio número de situaciones y
de opiniones que indudablemente a nadie han logrado dejar indiferente.
Figuras
como el filosofo Karl Marx no dudó en criticar a la religión, quien la definió
como “el opio de los pueblos”, pues consideraba que adormecía la razón de los ciudadanos, dejándolos a merced
de la manipulación para que no pudieran rebelarse ante las injusticias a las
que se veían sometidos por sus opresores.
También
se dice que muchas guerras a lo largo de la humanidad se
han sustentado en las religiones para llevarse a cabo, por ejemplo Las Cruzadas.
No
obstante, estas aparentes
verdades, lo cierto es que todas las guerras de la humanidad no se han
fundamentado en religiones sino en ideologías, grupos humanos que tratan de
imponer su pensamiento y modos de vida y creencias en otros territorios o en el
mismo. Por el contrario, y a diferencia de lo que decía Karl Marx, las
religiones es lo que ha dado fortaleza a los hombres para sobreponerse a la
dominación de los otros. Desde el mismo Jesucristo que se opuso al imperio
romano y no obstante llegó a decir “al Cesar lo que es del Cesar y a Dios lo
que es Dios”, en una clara necesidad de separar la ideología de la religión.
Todas
las religiones, tanto las monoteístas (cristianismo, judaísmo e islamismo),
como las politeístas (hinduismo) o las no teístas (budismo), han sido grandes
herramientas de fortaleza moral y apoyo a los hombres para tener el valor de
enfrentar los regímenes que le han oprimido. No es casual, que la mayoría de
los regímenes autoritarios atacan profundamente a las religiones y las
desacreditan o no les brindan apoyo.
También
se habla de los islamistas como terroristas, cuando la realidad es que los
terroristas usan el islam como una excusa para intentar imponer su ideología o
forma de pensar a otros grupos humanos, y eso nada tiene que ver con el islam.
La mayoría de los religiosos musulmanes deploran los actos terroristas y como
buenos religiosos repudian esos actos barbáricos y buscan y pregonan la paz, de
manera que relacionar el terrorismo con la religión es un error, pues el
terrorismo busca implantar es una ideología no una religión.
Los
seres humanos están matándose alrededor del mundo por sus ideologías no por sus
religiones, en algunos casos las religiones son usadas como instrumentos para
intentar implantar una determinada ideología, que nada tiene que ver con el
verdadero sentido de la religión en sí.
En
Venezuela está ocurriendo una guerra ideológica, el gobierno pretende implantar
una ideología de raigambre comunista,
para lo cual viola reiteradamente la constitución, basada en la democracia y el
respeto a los derechos humanos, mientras la oposición pretende conservar la ideología
liberal inserta en el espíritu, razón y propósito de nuestra carta magna.
Opositores son agredidos en las calles por chavistas extremos, a la vez que en
buena parte de la oposición crece el resentimiento hacia estas agresiones y
violaciones de sus derechos constitucionales. Gran parte de la población considera
que todo se trata de una guerra entre el bien y el mal y por lo tanto debemos
aferrarnos a Dios como único salvador capaz de liberarnos de esta crisis.
El
principio general de toda religión es el amor unipersonal de Dios hacia ti como
individuo. Ese simple hecho da la seguridad psicológica y afectiva que todo ser
humano necesita, de esa seguridad arranca toda la fortaleza para enfrentar
cualquier situación adversa, incluyendo las acciones tiránicas que pretenden
imponernos una ideología que no queremos. Tener una religión es un bien
psicológico invaluable, además que las religiones constituyen la gran reserva
moral, espiritual, cultural y de tradiciones de la humanidad.
Deberíamos
cada uno hacer el ejercicio de imaginar al mundo, cada país y cada pueblo sin
religión, como serían los continentes sin catedrales, ni mezquitas, ni
sinagogas, sin templos budistas y los pueblos sin sus danzas rituales, ni su
artesanía, ni su joyería, ni sus pinturas ni sus grabados, ni esculturas, ni
arquitectura, ni ritos religiosos, ni su música. ¡Qué pobre seria la
humanidad sin religión!, pues es la religión lo que ha impulsado al hombre a
construir todo lo que ha construido.
En
definitiva, más perjudica al hombre sus ideologías y sus ganas de imponerla,
que practicar una religión.
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