LAS PERAS DEL ARBOL DE NAVIDAD



Quién ha de pedir peras al olmo para Navidad o año nuevo?

No podemos cambiar, en cuestión de segundos, nuestros defectos reales, corrientes, cotidianos; llenar nuestros vacíos o nuestras carencias, pero, indiscutiblemente, para las personas con sincera vocación cristiana, la Navidad debería prestarse para una revisión de los conceptos en los cuales, la mayoría, fallamos consecutivamente - La Ética y La Moral.
La búsqueda de la superación (ya sea económica, social o espiritual) es inherente al hombre, y la misma está predeterminada por mecanismos biológicos-evolutivos y sociales-conductuales, pero en el mundo moderno la búsqueda de la superación moral está indiscutiblemente de capa caída.

La moral incluye el conjunto de todos los deberes del hombre, entre ellos,  el deber de ser perfectos (búsqueda de la perfección biológica que nos capacita para la subsistencia), cuando se suma el componente social-conductual, presupone el poder.

En filosofía, quien puede ser perfecto moralmente, debe serlo.

En el mundo moderno, quien es capaz de ejecutar una acción de manera perfecta, presupone que tendrá el control de ella, lo cual le da poder.

A nadie preocupa la búsqueda de la perfección moral porque los valores y las creencias cristianas se han perdido. Nadie tiene plena fe en que la búsqueda de la perfección moral nos va a garantizar la subsistencia en el cielo.

Para ser moralmente bueno es preciso que se practiquen cosas buenas con virtud. La virtud tiene la ventaja de que quien la posee, practica fácilmente los actos, no los hace por violencia ni a la fuerza, tampoco para obtener beneficios terrenales o celestiales.

Los actos que nos hacen virtuosos si los practicamos libremente son:
·        Dar a cada quien lo suyo - Justicia
·        Saber dominar las pasiones - Templanza
·        ser valiente ante los peligros - Fortaleza
·        La fidelidad a nuestros principios y a nuestra palabra - Lealtad
·        Respeto - a nuestros congéneres y al medio que nos rodea.

La sociedad, el orden social sólo puede asegurarse con virtudes, no con actos sueltos y egoístas de los hombres. La moral implica tener deberes sociales - Moral Social. El deber moral social implica, a su vez, lealtad a la patria, el cumplimiento de las leyes justas, la urbanidad y el respeto; pero todo esto hay que practicarlo con virtudes y habitualmente, para que la sociedad sea ordenada, justa,  leal y respetuosa.

Es común la creencia que hacer lo que a uno le da la gana es signo de libertad y de mayor inteligencia o astucia, pero esta creencia constituye uno de los vicios más perniciosos contra la moral social. La libertad no se frena donde empieza el respeto al prójimo, sino por el contrario, nos hace más libres de nuestra animalidad.

A cada virtud se opone un vicio: a la justicia la injusticia,  a la lealtad la deslealtad, al respeto la descortesía. También existen jerarquías entre las virtudes, por ejemplo: es mejor ser generoso que exactamente justo, es mejor la amistad que la simple urbanidad en el trato, es mejor el amor al prójimo que el trato correcto.

Este breve paseo por los conceptos más elementales de moral, en esta fecha de conmemoración del nacimiento de Jesús Cristo, es para que revisemos nuestras miserias humanas cotidianas, sin olvidar que los siete pecados capitales (la gula, la lujuria, la soberbia, la avaricia, la envidia, la ira y la desidia) son justamente la fuente de placer del mundo moderno y junto a los cuales solemos celebrar esta fiesta.

No podemos pedir peras al olmo, pero si podemos mirarnos, reconsiderar nuestras actitudes y pedirle un poco de virtud al Árbol de Navidad.



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